La vida del yogui no se mide por el número de sus días, sino por el número de sus respiraciones. B. K. S. Yyengar.Hay tantas maneras de respirar como alimentos para comer. Y cada manera en que respiramos afectará nuestro cuerpo de forma distinta. La nariz es crucial porque limpia el aire, lo calienta y lo humedece para que sea más fácil de absorber. Los orificios nasales de cada persona vibran a su propio ritmo, abriéndose y cerrándose como una flor en respuesta a nuestros ánimos, nuestros estados mentales y quizá incluso al influjo del Sol y la Luna. La fosa derecha es el pedal del acelerador, hace que la circulación se acelere, el cuerpo se calienta y los niveles de cortisol, la presión arterial y la frecuencia cardíaca aumentan. Se activa el sistema nervioso simpático. En el mecanismo de lucha o huida, suministrar más sangre al hemisferio izquierdo del cerebro, que se asocia con las decisiones lógicas, el lenguaje y la computación. Inhalar por la fosa izquierda tiene un efecto contrario, funciona como una suerte de sistema de frenado respecto del acelerador del derecho. El orificio Izquierdo está conectado con el sistema nervioso parasimpático. El lado de descansar y de relajarse. Disminuye la presión arterial, enfría el cuerpo y reduce la ansiedad. Respirar por el agujero izquierdo, cambia el flujo sanguíneo hacia el lado derecho de la corteza prefrontal. El área que influye en el pensamiento creativo y desempeña un papel de en la formación de abstracciones mentales y en la producción de emociones negativas. Nuestros cuerpos operan con su mayor eficiencia en un estado de equilibrio pivotando entre acción y relajación. Soñando despiertos y pensando razonadamente. Este equilibrio está influenciado por el ciclo nasal e incluso puede ser controlado por éste. Texto extraído del libro Respira. James Nestor Editorial Planeta
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Diciembre 2023
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